Ascendió en globo a treinta y dos kilómetros hasta la estratosfera, y desde allí, saltó con un paracaídas. La caída libre duró cuatro minutos y treinta y seis segundos y alcanzó los mil cien kilómetros por hora antes de abrir el paracaídas a cinco kilómetros de la Tierra, nadie lo había echo y nadie lo volverá a hacer, y lo hizo porque podía.
No decia que no y saltaba del paracaídas todos los días, porque él podía.
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